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La villa marinera de Combarro se ha convertido en una parada casi obligatoria en la ruta de cualquier viajero por las Rías Baixas; y no es para menos, pues este pueblo del municipio de Poio posee uno de los conjuntos históricos más bellos y pintorescos de toda Galicia

En este rincón a orillas de la ría de Pontevedra, los principales protagonistas son los hórreos ―típicas construcciones gallegas utilizadas para el almacenaje de alimentos―, que no sólo miran al mar sino que prácticamente pueden tocarlo. Entre sus calles también se alzan preciosas casas marineras, balcones repletos de flores y color, y cruceiros que presiden cada plaza o encrucijada… En suma, una estampa con un encanto especial que convierte a Combarro en el lugar perfecto para visitar y callejear con calma, al menos una vez en la vida.

Y más allá de su casco histórico, Combarro y sus alrededores ofrecen al viajero un sinfín de posibilidades para disfrutar de la gastronomía tradicional, conocer un pedacito de la historia local y recorrer entornos naturales dignos de grabar en la retina.

Desde el Monasterio de Poio al Parque de la Memoria de A Seca, a continuación os acercamos una lista con algunos de los lugares más representativos de Combarro y sus alrededores, que no debes perderte si visitas la zona:  

Los hórreos de Combarro

Combarro se ha convertido, por méritos propios, en uno de los pueblos más turísticos y visitados de toda Galicia. El conjunto de sus calles y elementos patrimoniales lo hacen un destino de lo más especial. Pero sí hay algo imprescindible y característico de esta parroquia eso son sus hórreos situados a orillas de la ría, quizás una de las estampas más famosas y bonitas de las Rías Baixas. De hecho, la agrupación de los mismos está considerada Monumento Histórico-Artístico.

¿Qué son los hórreos y para que sirven?

La respuesta es muy sencilla: los hórreos son unas estructuras típicas gallegas, de forma rectangular, construidas en granito o madera, y antaño destinadas a uso agrícola (principalmente como almacén). Esta cámara de almacenaje se sostiene sobre unos pilares que la elevan del suelo, para así evitar el acceso de roedores y la entrada de humedades. El interior de estas edificaciones no sólo servía para hacer acopio de alimentos (como maíz, patatas o pescado) sino también para guardar aperos de labranza, pesca o marisqueo, según la zona en la que estuvieran ubicados.

A día de hoy es impensable concebir el skyline de Combarro sin sus hórreos. Tan sólo recorriendo su casco antiguo podréis observar hasta 66 construcciones de esta tipología―una treintena de ellas alineadas ante el mar―, entre los que hay de madera, de piedra o mixtas.

Casas marineras y cruceiros

Si visitáis Combarro prepararos para disfrutar callejeando sin un rumbo determinado, porque da igual donde acabéis, cada rincón de este pueblo tiene un encanto singular.

La Rúa do Mar es una de las más bonitas y conocidas de esta villa, en ella os encontraréis con multitud de antiguas viviendas de pescadores, tiendas de souvenirs y restaurantes para disfrutar de la mejor gastronomía de la zona. Estas pequeñas casas mariñeiras, estrechas y humildes en forma, destacan por sus soportales de piedra y el contraste de unos balcones repletos de flores y color, y que dotan al casco histórico de un ambiente muy pintoresco. También en la calles como la de Peirao da Chousa o rúa da Fonte podréis distinguir bloques de estas características moradas.

Otro de los elementos tradicionales del rural gallego (y otras regiones célticas como Francia, Bretaña o Irlanda) que encontraréis en Combarro son los cruceiros, unos monumentos religiosos constituidos por una cruz de piedra, con una o varias imágenes, elevados sobre una columna y plataforma. Estos cruceiros se situaban en lugares públicos, principalmente en encrucijadas de caminos, como un símbolo de protección, respeto y devoción popular. 

En Combarro son siete las construcciones de este tipo que presiden varias de las plazas y entrecruces del casco histórico, como en las plazas da Chousa o da Fonte. La próxima vez que paseéis entre sus calles fijaos en esta pequeña curiosidad: los cruceiros donde destaca la figura de la Virgen miran al mar, mientras que los que dibujan a Cristo están orientadas hacia tierra. 

El puerto

El puerto deportivo de Combarro se extiende a escasos metros del casco antiguo, por toda la línea de costa hasta la playa da Canteira. Se trata de un puerto deportivo de nivel superior, galardonado con el premio «Jack Nichol» del PIANC a la excelencia por su diseño. Además, es la primera marina española distinguida con 5 Gold Anchor por la British Yacht Harbour Association, lo que supone la máxima distinción en lo que respecta a servicios e instalaciones. 

Desde aquí, un vistazo panorámico al puerto permite a sus visitantes distinguir las tradiciones marineras de la zonacon sus embarcaciones típicas y los pescadores preparando las redes para salir a faenar y disfrutar al mismo tiempo de la modernidad de un entorno que fusiona a la perfección sectores industriales y de servicios. El centro neurálgico de la villa se localiza en este punto, que destaca por la presencia de pequeños bares, locales comerciales y restaurantes de comida típica.

Playa do Padrón

El balcón natural con la mejor panorámica de Combarro lo encontraréis en la pequeña playa do Padrón. A este arenal se puede acceder por una de las callejuelas que desciende desde la conocida Plaza da Fonte. Aquí se localiza también el más nuevo de los cruceiros instalados por todo el casco histórico, que data de 1997 y se diferencia del resto por ser el único con la imagen de la Virgen María que no está orientado hacia el mar. 

Desde este punto, a los pies del arenal do Padrón, disfrutaréis de una de las caras más conocidas y fotografiadas de esta villa marinera, con los hórreos situados a orillas de la ría de Pontevedra. Si llegáis al lugar coincidiendo con la bajamar (podéis consultar en Internet la tabla de mareas) podréis acceder a la playa, pasear por todo el trazado costero y disfrutar de una estampa única del pueblo de Combarro.

Monasterio Benedictino de San Xoán de Poio

Saliendo ya del núcleo de Combarro, una de las primeras visitas obligadas de todo nuevo viajero a este rincón de las Rías Baixas se encuentra en el Monasterio Benedictivo de San Xoán de Poio.

El monasterio se sitúa a apenas unos kilómetros del centro de la villa, en un desvío hacia la Plaza do Convento en la carretera que se dirige a Pontevedra. El Monasterio de Poio es uno de los máximos exponentes de la arquitectura clásica y barroca de la comarca, declarado Bien de Interés Cultural en el año 1971. La fecha de su creación se especula entre mediados del siglo X, pero la tradición mantiene que su origen se debe a San Frutuoso de Braga y sus discípulos ya en el siglo VII. 

Una vez en el convento podréis visitar algunas de las distintas dependencias que lo componen, como el interior de la iglesia, que todavía conserva un bello retablo de solemne fachada y columnas salomónicas; o el claustro procesional, de corte renacentista con bóvedas estrelladas; y el de la portería (o das Laranxeiras), en el que destaca un singular mosaico del Camino de Santiago. Asimismo, a uno de los lados del monasterio se ubica un imponente y gigantesco hórreo, considerado el mayor de Galicia en cuanto superficie se refiere.

El Monasterio de San Xoán Poio alberga en otra de sus salas el Museo de Antón Machourek, con una colección permanente de unas 150 obras del artista checo, así como uno de los lienzos más salientables del pintor gallego, Pedro García Lema; varias acuarelas del religioso mercedario, Julian Martín Casado; y recuerdos personales, como dibujos de Castelo o cerámicas de Sargadelos, del sacerdote residente, Antonio Rey Soto.

Parque da Memoria

Otra de las cosas para visitar en Combarro y los alrededores es el Parque da Memoria de Poio se encuentra situado en A Seca, en el área recreativa más grande del municipio, con unas vistas privilegiadas a la ría de Pontevedra, Combarro e incluso con la isla de Tambo en el horizonte. Este entorno natural cuenta además con paseos, parques infantiles, zonas deportivas, cafeterías y aparcamiento… Aunque sin duda, el elemento más importante es el Parque da Memoria, diseñado por el premio Nobel de la paz en el año 1980, el argentino Adolfo Pérez Esquivel. 

En total, cuatro conjuntos escultóricos y seis monolitos configuran este singular parque. Para su construcción se utilizaron más de 120 toneladas de granito, extraídas de una cantera de Lalín. Los bloques diseñados por el intelectual argentino, tras ser nombrado hijo adoptivo del municipio, fueron tallados por alumnos de la Escola de Canteiros de Poio. En  esta zona termina (o da comienzo) la Ruta dos Muíños da Freixa, que se extiende desde las proximidades del monasterio.

Ruta dos Muíños de Samieira

En los términos de Samieira, descendiendo por toda la ladera sur del Monte Castrove, discurre una preciosa senda lineal entre molinos que bordean el río de Freiría.

Se trata de un itinerario de senderismo de gran valor paisajístico y etnográfico, formado por más de una veintena de molinos de agua en diferentes estados de conservación, dos de ellos aún en funcionamiento: el molino de Suárez y el de Cubo de Abaixo. Durante el recorrido, de unos 10 kilómetros de longitud (ida y vuelta) y unas 2 o 3 horas de duración, podréis disfrutar y conocer múltiples elementos de la arquitectura popular gallega, desde hórreos y cruceiros, a fuentes, lavaderos o petos de ánimas. 

Bosque de Colón

También, en una de las laderas del monte Castrove se encuentra una de las joyas naturales menos conocidas y más singulares del municipio de Poio. Hablamos del Bosque de Colón, considerado a día de hoy uno de los mayores bosques de secuoyas rojas de toda Europa. En conjunto, dos hectáreas de terreno y unos 450 ejemplares de esta especie endémica de los Estados Unidos componen el entorno. 

Las secuoyas se caracterizan principalmente por alcanzar grandes alturas y una desmedida longevidad. De hecho, el título de la especie viva más alta del mundo lo defiende la secuoya Hyperión, que sobrepasa los 115 metros de altura y se localiza en el Parque Nacional Redwood, en California. Aunque el Bosque de Colón todavía no puede competir en términos de altura o longevidad con otros bosques de secuoyas del mundo, su belleza particular bien merece ser descubierta.

La plantación de las especies en el muncipio se llevó a cabo hace relativamente poco, en el año 1992, con motivo de la conmemoración del 500º aniversario del viaje de Cristóbal Colón a América, y para simbolizar la unión entre ambos continentes.

Illa de Tambo

Entre las aguas de la ría de Pontevedra se localiza la pequeña Illa de Tambo, un lugar mágico repleto de historias y leyendas. Este entorno natural entre los términos de Marín y Combarro, ha sido objeto, a lo largo del tiempo, de los propósitos y fines más variopintos.

La isla llegó a estar habitada por monjes benedictinos, ermitaños y caballeros desde finales del siglo XIII hasta bien entrado el XVI. También, debido a su singular ubicación, Tambo fue asaltada por piratas y corsarios de la talla de Fransis Drake en numerosas ocasiones.

Una de las historias más recordadas de esta isla está relacionada con la puesta en marcha de un lazareto,centro sanitario, habitualmente aislado, donde se trataban a personas con enfermedades infecciosas que se mantuvo en activo hasta el año 1879. Su cierre, precipitado por las protestas de los habitantes de los pueblos cercanos, hizo trasladar la instalación sanitaria hasta la Illa de San Simón, en la vecina ría de Vigo.

Con el paso del tiempo, la titularidad de Tambo fue pasando de unos a otros hasta caer en manos del Estado; y ya en los años 40, la isla se convirtió en zona de uso y práctica militar. Desde hace ya unos cuantos años, la administración de la misma se encuentra en un litigio interminable para que la Xunta de Galicia pueda gestionar su uso público y protección.

Desde el 2018, la Escuela Naval Militar de Marín permite las visitas organizadas, siempre previa autorización. Asociaciones como Irmandade Illa de Tambor realizan viajes a la isla en determinadas épocas del año desde el puerto de Combarro. 

Ruta en barco y degustación de mejillones

Si os encontráis de paso por la villa marinera de Combarro, debéis anotar la siguiente actividad en vuestra agenda: una ruta en catamarán por la ría de Pontevedra, con visión submarina y degustación incluida de mejillones al vapor y albariños locales.

Muchos municipios costeros, como es el caso de Combarro, ofrecen este tipo de travesías en barco para mostrar, de una forma diferente y especial, las particularidades de las rías gallegas: desde el funcionamiento de las bateas, a la cría y el cultivo del mejillón, así como otras curiosidades del entorno.

Por lo general, estos paseos guiados en barco tienen una duración aproximada de una hora, y la entrada para adultos vale 18 euros. 

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Video Sobre Combarro

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Preguntas frecuentes

¿Cuánto tiempo se necesita para ver Combarro?

Normalmente Combarro se puede ver en unas 2h, primero paseando por su casco antiguo y después visitando su pequeño puerto y diferentes locales de restauración.

¿Dónde se encuentra Combarro?

Combarro se encuentra muy cerca de la ciudad de Pontevedra, sólo escasos 8km separan a esta pequeña población de Pontevedra, también se encuentra muy cerca de Sanxenxo (10km).La distancia entre Combarro y Vigo son 50km y a Santiago 60km.

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